Para leer un campo, un campo de flores, de flores de la región de Marche. Las flores de los greppi de las mesetas y de las orillas, horizontales, verticales, inclinadas; las flores para Nuestra Señora del mes de mayo, esas que de pronto se juntan como voto de amor, las flores que se convierten en reliquias del momento entre las páginas de los libros más caros, esas que honran la mesa de fiesta. Son las flores de las hierbas que se dan y se comen; flores silvestres que contienen placer y cuidado, medicina y encanto, perfume y forma. Son flores humildes, sencillas y solemnes, tienen nombres antiguos, denominaciones latinas con el sonido de una botánica observada y estudiada con meticulosa paciencia, estación tras estación, año tras año, barbecho tras barbecho. Una taxonomía de memorias arbóreas, arquetipos de la biodiversidad, organismos con un alto contenido simbólico estético y organoléptico. Plantas de flores generosas y brillantes, con formas orgánicas primordiales, esenciales y seductoras; cuerpos vibrantes que tradicionalmente remiten a rituales, creencias mágicas, supersticiones. En los herbarios, sujetas por pequeñas tiras que resisten el tiempo, junto a las notas de herbolarios, científicos, etnobotánicos, monjes, abren mundos de rituales y mitos donde la naturaleza salvaje permanece y se deja domesticar. La secuencia de sus formas define patrones y decoraciones, las escalas cromáticas iluminan combinaciones coloridas e imaginativas, la variedad de dimensiones y entornos es un paisaje que se renueva. Amarillo, morado, rosa, lila, blanco, azul, rojo, fucsia y una infinita variedad de verdes son la paleta de piscialetti, crepes, amapolas, malva, pimpinela, acedera, violeta, margarita, trébol de cuatro hojas, escaramujo, retama. , achicoria, espárragos, diente de león, saúco, acacia, glicinia, hinojo silvestre, lampascione, caccialepri, chillidos... Docenas de especies, formas, matices de color, pero también sabores, recetas, sabores, aromas, aromas, sonidos - los sonidos de hierbas y algunas flores. Un patrimonio infinito que reúne la tradición y la antropología, la sabiduría y la ciencia populares, la farmacopea, la espiritualidad y las culturas de los pueblos. Una naturaleza fresca que sabe bien y limpia, un bienestar que reconcilia, perfuma y envuelve. Es la naturaleza que llevamos dentro, la de correr a toda velocidad por los campos en primavera, es el campo cuando pensamos en el campo.